Recomendable: Catherine Clément recurre a la ficción en El juego de la verdad para recrear la intensa historia del triángulo amoroso del filósofo alemán Martin Heidegger, de su esposa Elfride y de su pupila, la filósofa Hannah Arendt, plasmando con maestría los claroscuros de unos amores prohibidos. Alemania, 1975: dos mujeres en el crepúsculo de sus vidas se reencuentran en la cabecera del lecho de un anciano, después de haber luchado durante cincuenta años para ocupar el primer lugar en el corazón del hombre. Mientras en la habitación contigua dormita, presa de las pesadillas, el espíritu más grande de su siglo, Martin Heidegger, las dos enemigas acuerdan una tregua: el duelo de dos memorias, el tiempo suspendido de las reminiscencias y de los sueños perdidos. Martin y Hannah: él era su profesor; ella, su alumna. Veinte años separaban al filósofo genial que coqueteó con el nazismo y a la intelectual judía. Elfride y Martin: la madre de familia y el gran hombre, la burguesa y el hacedor de conceptos, la sumisa y el tirano. Pero su unión es indestructible. Hannah y Elfride: la amante apátrida y la esposa alemana, la joven libre y la compañera leal, la pasión y la mano amiga. Su rivalidad no tiene fin, y cada una consiente tácitamente el amor por la otra. Los tres personajes de este triángulo singular, en el que cada uno es parte de la memoria del otro, son los protagonistas de una de las historias de amor más trágicas del siglo xx.
No hay comentarios:
Publicar un comentario