Husserl plantea en este libro un importante ejercicio intelectual : la desconexión del tiempo objetivo. O sea, dejar esa fundación espacial hecha por nuestros ojos (lo que sería una percepción primaria), para pasar a una conciencia subjetiva del tiempo, darle importancia a lo que los filósofos le llaman tiempo inmanente. Ejemplificando, cuando un año se termina (el tiempo) no es solamente un compilado de medidas lineales o de sumatorias de hechos; lo que Husserl plantea -y sirve para el hombre común- es que nosotros debemos saber que los años que transcurren son también espacios en que aprehendemos los objetos, los vivimos. Y cuando se mantienen con una intensidad importante, esos objetos no pasan al pasado, sino que se mantienen en el presente (duración). Entonces, cuando ese objeto que una vez conocimos (en el pasado), y se mantiene vivo en el presente por refuerzos que nos vinculan a él, ¿qué es el momento o los momentos para nuestra conciencia? Como bien lo dirá Husserl, ese objeto de la realidad contendrá encerrados todos los momentos, porque lo que nos importa es la conciencia del objeto.
Que todo proyecto que se termina, sirva para reforzar esos lazos de conciencia con los objetos más valiosos que hemos aprehendidos de la realidad. Salud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario