jueves, 2 de abril de 2020

A la muerte de Juan Gabriel



He leído a unos cuantos reduccionistas de la música (unos ultrarockeritos) decir que no se fue un grande. A ellos los interpelo. Siendo yo un apasionado del rock en todas sus variantes y en honor a la verdad de la cuestión, debo decir que Juan Gabriel no es solo un grande de México, es un artista gigante que desde la ciudad más dolorosa y violenta que hay por este continente (ciudad juarez) se armó hasta los dientes sin necesidad de ningún fusil ni arma blanca para llegar a que millones de hombres y mujeres se sienten a escuchar sus canciones. Mientras unos cuantos rockeros de moda solo copiaban el modelo europeizante de la cultura, cantando letritas en inglés que ni la mitad de los que escuchaban etendían un joraca, Juan Gabriel se convertía en un fenómeno sin precedentes en la historia de su país. Un músico capaz de llenar un estadio en tiempos que el rock se llevaba todo por delante, que ninguneaba a los demás estilos solo con el falso argumento de la masividad como sinónimo de vulgaridad. Eso era Juan Gabriel, un artista que remaba contra la corriente. Que hizo su camino con piedras cuando otros lo hacían con asfalto o directamente usaban los boing. Los que vivimos los 70, sabemos bien que Juan Gabriel es parte de nuestra historia, a pesar de que preponderamos otros estilos musicales. Así que, vos, que te la das de rockerito empedernido, subi el volumen y dejate escuchar sin culpa a uno de los grandes de la música.


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