viernes, 3 de abril de 2020

Contra el fetichismo textual





Uno de los frentes que se han abierto dentro de la literatura es el de combatir el fetichismo textual. Esa manía de los lectores de creer que existe una sola interpretación canónica de la obra. Nada menos alejado de la literatura que la esterilización de la misma. Algo parecido ocurre con las películas, que como obras de arte, son analizadas desde posiciones cerradas y que incrementan la distancia entre el lector y la literatura que hay en ellas. Me sirvo de este libro para justificar la improcedencia de la ilusión del lector-espectador-televidente de pretender confundir texto con representación y, principalmente, de querer cerrar la interpretación en compartimentos estancos.
Ubersfeld afirma que el mayor peligro de semejante actitud reside sin duda en la tentación de fijar el texto, de sacralizarlo hasta el extremo de bloquear todo el sistema de representación y la imaginación de los intérpretes; reside aún más en la tentación inconsciente de taponar todas las grietas del texto, de leerlo como un bloque compacto que sólo puede ser reproducido con la ayuda de otros instrumentos, impidiendo la producción del objeto artístico. Y todavía es mayor el peligro si privilegiamos no ya el texto sino una lectura particular del mismo –histórica, codificada, ideológicamente determinada- que el fetichismo textual permitirá eternizar.
Tomando la advertencia de Ubersfeld sobre el teatro, específicamente que la representación es diferente al texto pero que ambos ponen en funcionamiento un sistema de signos altamente complejo, podemos pensar que las mismas acciones del hombre en la realidad no pueden interpretarse bajo la mirada de lo que dice o de lo que hace, ni aún de la simbiosis de ambos actos, sino de una maraña de significados que vienen de antes de lo que dijo o hizo y que puede extenderse a lo que todavía no dijo y ni hizo; Por la sencilla razón de que las obras humanas sean artísticas o no, forman parte del mundo de lo posible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario