La consigna política más revolucionaria que hoy se puede
lanzar y construir políticamente a través de ella sin caer en la falopa
marxista y liberal es esta: "decrecer de la manera más democrática e
igualitaria posible".
Mientras los pensadores se debaten entre si el capitalismo
tiene resto o está muriendo, la izquierda solo está actuando como un mero
espectador del desastre. Ni siquiera hace el papel de vanguardia que ayuda a
los demás a advertir el desastre que está por venir. Es más, tiene plena
fe en que las fuerzas productivas en manos de los obreros podrá resolver
nuestros dramas de época.
El colapso civilizatorio es un hecho negado por el marxismo
falopa y mientras no tengan la precisión de cuando será la caida del capital
como sujeto histórico, seguirá falopeandola como de costumbre, mientras todo se
cae frente a sus narices. Los que piden semejante proyección (fecha exacta del
colapso) son unos simples imbéciles vestidos de salvadores políticos
revolucionarios. Las "instantáneas" que piden del
colapso habla de la ignorancia de sus percepciones sobre el asunto. Como dicen
los científicos, no tienen en cuenta la naturaleza temporalmente dinámica
de la alteración ecológica que se espera como resultado del cambio climático,
lo que a menudo hace que se centren en el nivel de las especies (otra vez creen que esto es sumar y restar) en lugar de los
conjuntos ecológicos.
Según este artículo de Nature de 2020 el desarrollo de advertencias
anticipadas del riesgo de disrupción ecológica gradual o abrupta es una
prioridad urgente. Hay que reducir las emisiones y retrasar el inicio de la
exposición a condiciones climáticas peligrosas, lo que incluso por unas
pocas décadas, podría ganar un tiempo valioso para que los ensamblajes
ecológicos se adapten. Sino, ya saben que si un virus puso en jaque la globalización, los interminables cuellos de botella que nos deparan los problemas ecológicos no nos dejará ni siquiera respirar y muchos menos tener la chance de pensar y adaptar toda la humanidad a una forma de vida abruptamente distinta a la que estamos acostumbrados a vivir.
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