Nuevo disco del talentoso Bon Iver. Un barroquismo electrónico que te dejará desconcertado frente a la idea de que en el arte no hay límites imaginables. El artista si no se reinventa permanentemente cae preso de los convencionalismos. El experimentalismo de Bon Iver, sin por ello perder su típico tono melancólico que lo mantiene en el indie folk, sigue llevándonos a las fronteras del ser. "22, A MILLION", nombre del último disco, es una gran obra musical, pero también una maquinaria simbólica y exigente.
jueves, 2 de abril de 2020
Bon Iver y su experimentalismo
Nuevo disco del talentoso Bon Iver. Un barroquismo electrónico que te dejará desconcertado frente a la idea de que en el arte no hay límites imaginables. El artista si no se reinventa permanentemente cae preso de los convencionalismos. El experimentalismo de Bon Iver, sin por ello perder su típico tono melancólico que lo mantiene en el indie folk, sigue llevándonos a las fronteras del ser. "22, A MILLION", nombre del último disco, es una gran obra musical, pero también una maquinaria simbólica y exigente.
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