viernes, 3 de abril de 2020

La llegada




Me interesaba esta galardonada al Oscar por colocar al lenguaje en el centro de atención. Sabía antes de verla que Chomsky y Sapir- Whorf continuarían el histórico desarrollo lingüístico en el cine. A los que ignoran el tema, los lingüísticas en cuestión se preocuparon de si el lenguaje es innato o adquirido, de si el pensamiento determina al lenguaje o es este lo que determina a aquel. Asuntos nunca saldados del todo a raíz de la gran complejidad que significa para la ciencia unir todos los cabos sueltos de las teorías. Que la lingüista Louise haya podido comunicarse con un alienígena supone un punto a favor de Chomsky (existiría una gramática universal) que le hace posible interpretar un mensaje en una lengua planetariamente nueva. Pero también la película le da la derecha a la teoría de Sapir-Whorf, que me parece que es el punto central a dónde quiere llegar el director. El problema no es la adquisición de los valores semánticos del signo sino la interpretación de los mismos. Las palabras se pueden aprender a pronunciarlas, a escribirlas, pero tienen un problema mucho más grande y que es qué sentido le dio quien las escribio o pronunció y qué sentido le dio quien las escuchó o leyó. Si eso es lo que didácticamente nos quería decir el director (uso la propia teoría de Sapir-Whorf) he comprendido el mensaje. Ahora bien, colocar a China como el país que primero entendió "guerra" ante la primera interpretación de los mensajes alienígenas y no a EE. UU.(principal motor de guerras en el planeta) no es nada gratis; es más, EE. UU. es en la película quien aporta a "la" lingüista que le da solución al problema interpretativo garantizando con ello la salvación de la humanidad es a todas luces una propaganda que bien podrían empezar a ahorrarse.

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