Hermoso homenaje de Ken Loach a quien fuera el padre del comunismo irlandés, James Gralton. Además de esa finalidad, Loach intenta en el film demostrar que los únicos que buscamos la felicidad de verdad somos los socialistas. Los capitalistas y la iglesia, en cambio, lo único que quieren es reprimirla. Me quedo con una escena poderosa: Luego de que la iglesia y los terratenientes del pueblo le han declarado a Jimmy la guerra para que no siga con su centro cívico donde la gente pobre estudia, ríe y baila, el protagonista decide hablar con el sacerdote para resolver el problema. Este, no solo no lo quiere escuchar sino que le pide que le entregue el título de propiedad del centro cívico a nombre de la iglesia. Es cuando Jimmy expresa una de las mejores caracterizaciones acerca la misma: "la única forma que el sacerdote escucha al otro es cuando está de rodillas", refiriéndose al momento de la confesión. Esa es la consigna de estos dos aliados tradicionales, la iglesia y el capitalismo, la de someter al otro para beneficio personal, todo lo contrario a lo que han hecho los socialistas coherentes del mundo.
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