Debo expresar mi total aceptación con los que sentencian que el libro más importante de toda la historia de nuestra civilización es el de Isaac Newton. Obra que para los iniciados en el lenguaje matemático es infumable, pero no quita en absoluto su peso histórico y científico, como inspirador. Con las leyes de Newton, el mundo no solo está cavando su tumba, sino que paradójicamente en las mismas están las últimas soluciones a este colapso civilizatorio. No es Marx ni Joyce ni Cervantes quienes tienen la solución al destino de la humanidad, sino el camino que Newton alguna vez comenzó.
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