Este documental (la imagen perdida) relata en forma poética una parte negra de la historia del pueblo camboyano, su genocidio a manos de los Jemeres Rojos y de la dictadura del Pol pot. Su director, Rithy Pahn, como sobreviviente del genocidio, ha hecho una exquisita obra documental. Si los archivos desaparecen, el arte proporciona siempre posibles soluciones. El barro, por ejemplo. Ante la falta de imágenes, el director con un maestrismo se encargó de recrearlas a través de muñecos de barro. Aunque el terror de ese grupo maoista se intentó tapar en tumbas e incendios y millones de muertes, la memoria, aunque sobreviva en una sola persona, siempre se las rebusca para trascender. Después de verla, otra vez la enseñanza de estos siglos: los pobres, los campesinos, los explotados, engañados y de nuevo a empezar.
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