Qué buena película. Jake Gyllenhaal la rompe. Con una ciudad de Los Ángeles envuelta de oscuridad y una aureola de misterios, el protagonista representará a los hombres del neoliberalismo más extremo, al sociópata, que regido por la búsqueda del éxito y la competencia más inescrupolosa, iniciará la conquista de un lugar privilegiado en el mundo de las noticias morbosas del mundo californiano. Sus diálogos son aterradores, no porque hablen de cuestiones de temer, sino por la cercanía con los miles de hombres del mundo capitalista que dicen lo mismo y con total naturalidad (en la película el humor negro es tolerable, en la realidad el efecto es inverso). No me quedo solo con la metáfora de la "construcción" de la noticia de los viejos canales sensacionalistas, me parece que su director va más allá, y ese lugar es la psique humana, que en el proceso social en marcha, se configura de manera imprevisible.
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