viernes, 17 de abril de 2020

El autoexterminio del capital



De Calímaco y Ovidio debemos la supervivencia del poco conocido mito de Erisictón. Este relato anticipaba la lógica capitalista, específicamente el estadio catabólico en que hoy está sumergido. Este mito griego presentaba al rey de Tesalia, Erisictón, como el arquetipo de la conducta desmesurada frente a la naturaleza, lo cual iba a tener una respuesta (venganza) de ella misma frente a semejante accionar. Erisictón había talado  un bosque sagrado y su castigo sería que el hambre insaciable se iba a adueñar de su espíritu. Nada lo iba a llenar, llegado hasta el punto que se comerá sus propios miembros por falta de comida. No solo anticipaba la lógica del valor, de la mercancía, sino también de la situación ecológica del capitalismo, que incapaz de detener su marcha de la producción por la producción misma comienza a gastar los pocos recursos que le quedan y comienza su autoexterminio. 

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