Hay un concepto que hoy urge poner sobre la mesa: el Antropoceno. Cuanto más rápido nos demos cuenta que ya no vivimos en el Holoceno, sino en un mundo en el que la naturaleza ha sido distorsionada por la acción humana y que ya se está hablando de una posible sexta extinción masiva en la tierra, más serán nuestras posibilidades de intentar hacer algo al respecto. El tema nos coloca entre dos posiciones nefastas. Una, la de las corporaciones, que intentarán atacar el problema solo para salvar sus intereses capitalistas, y la izquierda oportunista que ante un cambio de escenario impensable como este, supone rehacer sus pobres e ineficaces tácticas y estrategias revolucionarias que tanto tiempo se vienen construyendo, y que además supondrían perder sus magras posiciones que tanto le costaron alcanzar (conquista de aparato). En esta disyuntiva, la lucha seguirá dándose, en un escenario que es ya la antesala de la barbarie. Para los que piensan que esto es un pensamiento "místico" o "apocalíptico", mejor sería que revean su marxismo (para los "zurdos") o sigan acumulando capital (para el capitalista y sus alienados), porque si empezamos a dudar de la propia ciencia, del conocimiento, de la razón, no tendrán lugar ni tiempo para colocar sus monumentos a la idiotez humana.
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